En un día soleado y apacible, puede pasar de ser pura diversión a tragedia. Una cena puede convertirse en un desenlace fatal si se comenten negligencias. A lo largo de este post, exploraremos diversos ejemplos que subrayan la urgente necesidad de abordar las alergias alimentarias de manera más efectiva en este sector.
Tragedia Alimentaria en Disney World
En el Parque de atracciones Disney World, Florida, Estados Unidos, una familia pasa un día de diversión. No obstante, la negligencia de un camarero iba a destrozar la vida de todos sus miembros. En octubre del pasado 2023, Jefrey Piccolo, su madre y su mujer Kanokporn Tangsuan decidieron cenar.
Eligieron un restaurante dentro del complejo del parque. Les aseguraron la ausencia de lácteos y frutos secos en ciertos platos de la carta. Según la demanda, se preguntó varias veces sobre las trazas de alérgenos en los platos solicitados. Todas las respuestas fueron negativas: no contenían esos alérgenos. Durante la cena, se volvió a preguntar al camarero sobre la ausencia de trazas entre plato y plato. Las respuestas siempre fueron consistentes.
Tras la cena los tres optaron por dar un paseo por las zonas comerciales y al poco rato Kanokporn, médico de profesión, cayó desplomada. Estaba sufriendo una reacción alérgica severa y a pesar de autoadministrarse adrenalina, no se pudo evitar el fatal desenlace. Los servicios de emergencias, a pesar de llegar rápidamente no pudieron hacer nada, certificando la muerte de la doctora. Tras la autopsia, se dictaminó que la causa de la muerte había sido la asfixia provocada por un choque anafiláctico grave debido a altos niveles de lácteos y frutos secos en el organismo.
La demanda se ha conocido ahora y a la que ha tenido acceso la CNN, afecta tanto al restaurante, Raglan Road Irish Pub & Restaurant, como a Walt Disney Parks and Resorts, ya que es esta sociedad la que en teoría gestiona los restaurantes del recinto. Se les acusa de “falta de instrucción y formación del personal implicado en la dispensación de los alimentos”.
Negligencia en la Gestión de Alergias Alimentarias
Pero lamentablemente no hace falta irse tan lejos. Se cumple ahora un año de la muerte de una joven alérgica a la proteína de la leche en Manzanares (Ciudad Real) al sufrir un choque anafiláctico por ingerir un café con sus amigos. La máquina, de cápsulas, no había sido limpiada y arrastró la leche de cafés anteriores. Un claro ejemplo de que la contaminación cruzada no es un juego, y puede jugar una mala pasada en torno a las alergias alimentarias.
También fue noticia la muerte de una bailarina británica el pasado mes de enero al ingerir unas galletas mal etiquetadas, que no indicaban la presencia de cacahuete en su composición.
Un poco más alejado en el tiempo nos encontramos con el caso de Owen Carey, fallecido al comer pollo a la parrilla en Londres durante su cumpleaños. Tras informar al personal del restaurante de su alergia a los productos lácteos, ingirió una receta que contenía suero de leche. Murió en menos de una hora a causa de una reacción anafiláctica severa.
Tras los juicios y sentencias, la ley del etiquetado de alérgenos cambió en el Reino Unido y Europa. Ahora muestra de forma más clara la presencia de los 14 alérgenos más severos y frecuentes. Esto resalta la importancia de gestionar los alérgenos en la industria alimentaria. Es una de las áreas más peligrosas y delicadas para las empresas del sector. Y una mala gestión puede conllevar la muerte de los enfermos.
Datos sobre las Alergias Alimentarias
En cuanto a números, los últimos datos indican que en el mundo hay más de 520 millones de personas con algún tipo de alergia alimentaria, de los que 2 están en España, es decir, casi uno de cada cinco habitantes. De esos 2 millones, 1,4 son niños.
Según la Fundación de Seguridad Alimentaria y Prevención de Alergias (FSA), con sede en Bilbao, España, los ingresos por anafilaxis debida a alergias alimentarias han ascendido siete veces en los últimos diez años, y según un estudio de la Fundación BBVA, se producen entre 20.000 y 50.000 reacciones de anafilaxia al año en España, siendo los casos mortales totales entre 10 y 1.000.
Se estima que un 26 % de todas las anafilaxis que se producen en nuestro país se deben a los alimentos, siendo los frutos con hueso (melocotones, albaricoques…) los que provocan más procesos en adultos y los huevos o la leche en niños, donde los alimentos son la primera causa de anafilaxis. Y uno de cada cuatro alérgicos sufrirá a lo largo de su vida al menos un episodio grave de anafilaxis.
En definitiva, se demuestra una vez más que la formación es la mejor herramienta para evitar problemas e incluso muertes en el mundo de los alimentos. Estos trágicos incidentes resaltan la urgente necesidad de una mayor concienciación y capacitación en la gestión de alérgenos, tanto por parte del personal de la industria alimentaria como de los consumidores.